En arquitectura, un templo monóptero[1] (del griego antiguo: ὁ μονόπτερος, cuyo significado es 'de una sola ala'; derivado de μόνος, 'único', 'singular', 'solo' y τὸ πτερόν, 'ala'[2]) es una edificación sencilla constituida por una columnata circular que soporta una techumbre sin ningún muro.
En esa época, las edicaciones monópteras servían, entre otras cosas, como una especie de baldaquino para cobijar una imagen a la que se rendía culto.
Ciríaco de Ancona, un viajero del siglo XV, anotó la inscripción que aparecía en el arquitrabe: «Ad praefatae Palladis Templi vestibulum».
El templo monóptero en la antigua Grecia se construía principalmente en lugares de culto como santuarios u oráculos, más importantes que nunca.
En Delosi, el templo antes mencionado tenía la función sagrada más alta: se creía que Apolo apareció en ese lugar.
Los edificios circulares en la antigua Roma son mucho más numerosos que en Grecia, porque tales edificaciones han tenido una mayor influencia en el estilo arquitectónico romano-imperial.
El templo Aedes Fortunae Huiusce Diei, que significa "La fortuna del presente", estaba dedicado a la diosa de la fortuna, que debía estar representada por la estatua gigante cuyos restos de mármol, ahora conservados en los Museos Capitolinos, se encontraron cerca del templo en sí.