De hecho, el texto considerado espiritual por excelencia por la sociedad moderna, la Cábala judía, no aparece hasta el período mishnaico, y no fue considerado parte del sistema religioso hasta la Edad Media.
Aunque la «conducta» se deriva del Tanaj, para los judíos, los numerosos rituales que podrían ser considerados folclor no pueden ser realizados debido a la falta del lugar designado, el Templo de Jerusalén.
Estos rituales han sido reemplazados por otros, que muestran pocas similitudes con los mitos y folclor de otras sociedades.
Sin embargo, apenas hubo adopción de mitos durante los períodos talmúdico y midráshico, cuando comenzó la emergencia del misticismo en las escuelas cabalísticas.
Un aspecto fue la aparición de los Shedim, demonios que se convirtieron en omnipresentes para los judíos,[1] sobre todo tras el invento de la imprenta, que permitió a la mayor parte del pueblo judío el acceso al estudio del Talmud.
[5] Una importante cuestión mencionada en el Talmud es la de plantar árboles para celebrar nacimientos y entretejerlos para formar una jupa cuando se casan.