Mirada (Psicología)

Diversos existencialistas y fenomenólogos han hablado acerca del concepto de mirada.

[3]​ En consecuencia, el concepto ha sido un gran influyente en la teoría feminista del cine y las ciencias de la información.

[4]​ La mirada masculina[5]​ ocurre cuando la cámara ubica a la audiencia en la perspectiva del hombre heterosexual.

Mulvey sugiere que "la figura masculina no puede aguantar la presión de la objetificación sexual.

La propuesta de Ettinger no se enfoca en el sujeto y su objeto, existente o faltante.

"[15]​ Durante el Renacimiento las imágenes de las mujeres desnudas eran pintadas casi exclusivamente para observadores masculinos.

La mirada masculina ha encontrado algo más interesante y ha decidió ignorar el comentario de la mujer.

La esposa contrasta con la mujer desnuda en la pintura, y en lugar de aceptar pasivamente la mirada masculina, se presenta a sí misma como "buscando activamente el regreso y confirmación de la mirada del espectador masculino.

Mary Beard también tiene un qué decir en este concepto, pues históricamente ha sido un ejercicio de poder especialmente en relación con el género.

En suma, puede jugar con el espacio y el tiempo mientras mira, superando las posibilidades de contemplación que tiene el ser humano al desenvolverse en una situación real.

En síntesis, nuestra mirada es más global pero más monótona, más lineal y menos dinámica que la de la cámara, pero si se da esa identificación primaria se funden ambas y entonces, por ejemplo, podremos estar corriendo entre dinosaurios, buceando junto a tortugas marinas en una corriente de agua, o volando pegados a una pluma que se mueve a su libre albedrío.

La idea del modo de ver está relacionada con el poder y la autoridad en el contexto visual.

Por ejemplo, una imagen en la que una figura humana mira directamente a la cámara crea una relación de igualdad o frontalidad con el espectador.

Sin embargo, si la figura en la imagen está mirando hacia otro lado o está representada de manera más distante, esto puede sugerir una relación de dominación o desinterés hacia el espectador.

Este tipo de mirada está vinculada a las relaciones y las interacciones dentro del universo diegético (es decir, el "mundo" de la película), por lo que refleja cómo los personajes se relacionan entre sí y con su entorno.

En este caso, la cámara o el narrador no pertenece al universo de la película, pero dirige la atención del espectador hacia algo, y generalmente se establece una relación entre lo que el espectador ve y lo que el personaje o los personajes están haciendo.

En cuanto a su relación con el espectador: E. Ann Kaplan ha introducido en su libro Looking for the Other: Feminism, Film and the Imperial Gaze el concepto pos-colonial de Mirada Imperial, en el cual los observados quedan definidos según los valores y preferencias del observador.

Sobre todo en el cine de Hollywood se pueden apreciar estos estereotipos y, por ello, la crítica que esta autora realiza a esta perspectiva aborda la invisibilización y la deshumanización implícita de estas representaciones.

Edward Said introdujo y analizó en su obra Orientalism el término "orientalismo", para describir la "mirada pos-colonial".

[21]​ Al colocar al colonizado en una posición del "otro", esta mirada ayudó a crear y establecer la identidad colonial como la de un conquistador poderoso, actuando además como constante recordatorio de esta idea.

En esencia, esto significa que la relación colonizador/colonizado provee las bases para el entendimiento del colonizador y de su identidad.

Utilizar la teoría de la mirada pos-colonial permite a las sociedades anteriormente colonizadas, superar la barreras socialmente construidas que prohíben que expresen sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos verdaderos.

A través de dichas influencias, las características femeninas como la juventud, la belleza, la sexualidad o la posesión de un hombre se convierten en deseables, mientras que prevalecen los estereotipos que consisten en una mujer sumisa y sensual con un hombre “macho” poderoso creados por la publicidad.

[7]​ Los signos y fantasías privilegiadas dentro del mercadeo turista son regularmente orientados a hombres exclusivamente heterosexuales.

El prestidigitador (fragmento) del taller de Hieronymus Bosch . Mientras otras figuras observan los objetos en la pintura, la mujer en verde observa al espectador. Es un recurso típico de la pintura que trata de introducir al espectador en la pintura.