Los años posteriores los pasó navegando por todos los mares a la vez que ascendía.
Tomó parte en la guerra hispano-sudamericana en 1866 como mayor general de la escuadra del almirante Méndez Núñez, tomando el mando de la misma cuando éste fue herido en el combate del Callao.
Al mando de las fragatas Almansa, Vitoria y Zaragoza, además del vapor Colón, consiguió vencer a la escuadra cantonal en el combate naval de Portmán, aunque posteriormente los buques rebeldes lograron poner en fuga su flota y romper el bloqueo naval.
En 1874, una vez dominada la insurrección, fue nombrado capitán general del Departamento de Cartagena.
Poco se pudo hacer sin embargo, y en esa ciudad murió el 5 de abril del mismo año.