[4] Tras laboriosas gestiones, los dos buques fueron devueltos al gobierno en Gibraltar e incorporados a la escuadra del almirante Lobo.
[3] La escuadra cantonal adoptó una formación inicial de romboide para atacar a la escuadra gubernamental, con la Numancia en cabeza como buque insignia, cubriendo sus aletas de babor y estribor las fragatas Méndez Núñez y Tetuán, respectivamente, mientras que el vapor Fernando el Católico quedaba a la espalda.
[1] Posteriormente, el almirante Lobo viró la Vitoria contra la Méndez Núñez, la cual comenzó a retirarse cerca de la costa.
[4] Tras el combate, la flota gubernamental intentó cercar por mar la ciudad de Cartagena pero, tras una nueva salida de la flota cantonal el día 13 con un nuevo mando, esta vez con una buena disposición de combate y manteniendo la Numancia su velocidad acorde al de las otras dos fragatas, que eran más lentas, la flota gubernamental optó por retirarse con rumbo a Gibraltar, ya que, además, a la Vitoria le quedaba carbón para solo dos días más y podía conseguir los refuerzos que suponían el vapor Ulloa y la fragata blindada Zaragoza.
[1] Esta retirada supuso el cese del almirante Lobo y el nombramiento para dirigir a la escuadra del Almirante Nicolás Chicarro,[1] quien también evitó el enfrentamiento a pesar de contar con tres fragatas blindadas, al incorporarse además la fragata Arapiles.