Elecciones generales de España de 1876

Se limitaron a aceptar el texto de la Comisión [que había elaborado el proyecto] y a aprobar su contenido… El último día de junio la Constitución estaba lista para su promulgación».

[7]​ «Esta solución permitía a Cánovas no implicarse directa y oficialmente en la decisión de mantener el sufragio universal para las primeras elecciones.

[12]​ En el Manifiesto, hecho público el 9 de enero,[13]​ se hacía un llamamiento al consenso:[8]​

Gracias a las «maniobras» del ministro de la Gobernación Francisco Romero Robledo —«fueron unas elecciones dirigidas con mano firme desde el Ministerio a través de las autoridades locales, previamente seleccionadas por el gobierno»—[14]​ las elecciones, en las que hubo una abstención que, según las cifras oficiales,[15]​ superó el 45 % —el 65 % en las grandes ciudades—[16]​ depararon una mayoría abrumadora canovista en las Cortes (333 diputados sobre 391)[10]​[16]​[17]​ y los moderados solo obtuvieron doce escaños —«fueron destrozados en las urnas»—[18]​ por lo que muchos miembros del viejo partido de la época isabelina se unieron al partido de Cánovas.

[26]​[27]​[28]​[29]​ «Las Cortes se encontraron con el hecho de que su labor no era propiamente constituyente.

Francisco Romero Robledo , un « septembrista » «arrepentido» que se sumó al proyecto canovista . Como ministro de la Gobernación destacó por sus «maniobras» electorales para conseguir una mayoría aplastante para el Gobierno de Cánovas, inaugurando así una de las características definitorias del régimen político de la Restauración : el fraude electoral .