Fue elegido diputado provincial en la primera legislatura posterior a Caseros, y fue fiscal del fuero criminal desde mediados de 1852.
Cuando se discutió el Acuerdo de San Nicolás en la legislatura porteña, fue uno de los más destacados opositores al mismo, sobre todo por el modo violento en que atacó la figura del general Urquiza, y a la persona del ministro Vicente Fidel López.
Reasumió su cargo en la legislatura, pero también fue nombrado fiscal general de la provincia.
El fiscal y los jueces – incluidos dos exfuncionarios de Rosas – rechazaron ese argumento y condenaron a Reyes a muerte, sentencia que no se cumplió por la huida del condenado.
Por varios períodos alternó los cargos de diputado y senador provincial.
Su accionar se limitó siempre a la provincia de Buenos Aires, excepto durante el corto período en que fue presidente del Banco Nacional, y en ninguna otra ocasión ejerció cargo alguno en el gobierno nacional.