Más al norte, los montes Byrranga alcanzan los 1.146 metros en la península de Taimyr[1], que se extiende hasta el océano Ártico.
Al este del río se encuentran la cordillera Verjoyansk que pertenecen a las montañas de Siberia Oriental.
Las operaciones mineras en estas zonas están impulsadas tanto por la demanda nacional como por los mercados internacionales.
Esta última se caracteriza por la vegetación a nivel del suelo de musgos, helechos y arbustos.
Las importantes amplitudes de altitud y el relieve muy accidentado provocan una zonalidad altitudinal claramente pronunciada.
Sólo cuando las heladas las convierten en laderas duras como el hormigón en invierno y la profundidad de la nieve lo permite, se pueden volver a transitar con facilidad.
La evidencia arqueológica sugiere que las tribus nómadas dependían de la caza, la pesca y la recolección.
Sitios arqueológicos cerca del río Lena han revelado herramientas y artefactos de sociedades cazadoras-recolectoras.
La población se volvió más sedentaria, dando lugar al establecimiento de estructuras sociales y redes comerciales.
Con el tiempo, estos primeros habitantes desarrollaron culturas únicas, a menudo influenciadas por el clima riguroso y el aislamiento geográfico.
[8] En el siglo XIII, el Imperio Mongol se expandió hacia Siberia, afectando a las poblaciones indígenas y las rutas comerciales.
El establecimiento de fuertes y puestos comerciales llevó a un mayor contacto con los grupos indígenas.
[8] En la actualidad han surgido problemas ambientales debido a las actividades industriales, incluida la minería y la deforestación.
Las culturas indígenas están experimentando un resurgimiento, con movimientos para preservar lenguas, tradiciones y derechos.