Mateo 15
Concluye la narración sobre el Ministerio de Jesús en Galilea y puede dividirse en las siguientes subsecciones:[1].3Él les respondió: —¿Y por qué vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?10Y después de llamar a la multitud les dijo: —Escuchad y entendedlo bien.19Porque del corazón proceden los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los robos, los falsos testimonios y las blasfemias.26Él le respondió: —No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perrillos.38Los que comieron eran cuatro mil hombres sin contar mujeres y niños.[2] La mayor parte de los acontecimientos registrados en este capítulo tuvieron lugar en Galilea.El versículo 1 se refiere a escribas y fariseos venidos de Jerusalén.[3] El teólogo Johann Bengel señala que, por tanto, estos acontecimientos no pudieron tener lugar en la época de la Pascua.[4].H. Plumptre en el Comentario del obispo anglicano Charles Ellicott, "los mejores [manuscritos] dan la lectura Magadan.[8] La King James Version traduce este texto como "las costas de Magdala".[10] Los dos últimos preceptos del Decálogo inciden en este mismo asunto: la lucha sincera contra los pecados internos —los malos pensamientos, los odios, los rencores, los deseos impuros, etc.— es necesaria para tener una conciencia recta y para que esas faltas no degeneren en pecados externos.Tiro y Sidón son dos ciudades fenicias, en la costa del Mediterráneo, que en la actualidad pertenecen al Líbano.San Mateo llama a esta mujer «cananea» ya que según el Génesis [19] esta zona fue una de las primeras colonias de los cananeos; Marcos la llama «sirofenicia».Ambos evangelios resaltan su condición de pagana, con lo que adquiere mayor relieve su fe en Jesús.Pero esta gran fe se compone de actos puntuales y audaces: la mujer pide aunque parezca inoportuna, insiste aunque se tenga por indigna, persevera ante las dificultades y al fin logra lo que quiere.