Masacre de Tazón
A pesar del nombre por el cual son conocidos los hechos, ningún estudiante murió.Los estudiantes le exigieron el paso al teniente coronel José Vizcuña, y ante la negativa de la Guardia Nacional se realizaron asambleas en cada autobús para decidir si regresarse o continuar hacia Caracas.Dos horas después de ser detenidos, se decidió arrancar los autobuses y romper el cerco impuesto por los militares.Al presentarse, Chirinos fue recibido con insultos, abucheos, golpes y empujones, exigiéndole una explicación por la actuación.[1] El presidente Jaime Lusinchi, al conocer los hechos, señaló: La declaración del gobierno causó indignación entre los estudiantes, quienes esperaban una reacción distinta, declarando: «No hemos sido tontos útiles ni con propósitos subversivos, sino que atendiendo al mandato de las asambleas universitarias, vinimos a Caracas para entregar al rector de la UCV un pliego de peticiones manteniendo las reinvidicaciones estudiantiles conquistadas...».Octavio Lepage también adjudicó la responsabilidad a grupos de izquierda minoritarios «que no conciben la vida sin la violencia», criticando el ametrallamiento pero considerando que la detención de los autobuses estuvo ajustada al criterio.Por otra parte, el Congreso de la República creó una comisión especial para la investigación de los hechos, integrada por los diputados Nelson Valera, Domingo Alberto Rangel, Douglas Jatem, Anselmo Natale y Paciano Padrón, y al mismo tiempo la Fiscalía General también iniciaba investigaciones.COPEI hizo un llamado al gobierno para que aclarase las declaraciones sobre los grupos subversivos involucrados en el tiroteo, solicitando a Chirinos que renunciase al rectorado y asumiera su responsabilidad ante los estudiantes y el país.En sus primeras declaraciones admitió haberse equivocado al decidir de manera personal comunicarse con el ministerio, pero alegó no imaginarse la actuación de los militares debido a las buenas relaciones que mantenía con los cuerpos.