Toma del rectorado de la Universidad Central de Venezuela

La toma duró por 36 días en los que la violencia fue escalando hasta el 3 mayo, cuando la comunidad estudiantil decidió responder ante la suspensión de clases y expulsaron a los tomistas por la fuerza del rectorado.[2]​ Durante su gestión Giannetto nombró como director del postgrado a Héctor Navarro y como coordinador del consejo de desarrollo científico a Nelson Merentes, los dos cargos académicos más importantes después de los decanos.Paralelamente, en la sala de sesiones del Consejo Universitario (CU), se estaba llevando a cabo el debate entre las autoridades y representantes estudiantiles con normalidad.Un grupo de profesores, incluyendo a Luis Fuenmayor (quien era afecto al gobierno), fue designado para dialogar con los estudiantes en compañía de los vigilantes del recinto como respuesta a la actitud violenta que había tomado el grupo.[2]​ Cuando los estudiantes llegaron del Aula Magna, entre quienes los tomistas asumen la acción como "un acto de cobardía" por parte del rector, los profesores salieron para intentar mediar con ellos, diciéndoles que estaban discutiendo en el Consejo Directivo y que estaban por ser recibidos.En el campus universitario se suspendieron las actividades académicas y comenzaron a circular rumores sobre la posible intervención de la universidad.[2]​ El presidente Hugo Chávez, si bien no desestimó los objetivos de los tomistas, tampoco los respaldó directamente.Avanzada la toma del rectorado, un tribunal introdujo un amparo y dio la orden para que las Fuerzas Armadas desalojaran la universidad.El gobierno intercedió y designó al fiscal general Isaías Rodríguez como mediador del conflicto.