Martín Gálvez

A los siete años realiza «Mi pequeña exposición» en su propia casa, los cuadros son colgados y vendidos.

Comienza así su andadura artística, contando también con los preciados consejos de Gilberto Benítez y Hermenegildo Sutilo, dos grandes pintores locales.

En 1973, tiene lugar un hecho que le marcará para siempre... participa, a petición del jurado, como primer premio del año anterior en el II Certamen, con el cuadro Collage - Andalucía I, en la clausura se entera de que siendo otra vez primer premio, este lo anulan porque según dijeron... «Habían recibido presiones y era imposible que esta obra sea de un artista tan joven».

Fue una injusticia y una explicación absurda, se revela ante tal hecho y nace «La revolución del silencio», movimiento al que se han añadido innumerables artistas, que van desde Japón hasta España, desde Perito Moreno hasta Islandia, todos ellos válidos en su quehacer diario, en su oficio, en su genialidad pero que no han tenido un marchante de arte de prestigio, solo están a la espera que años o siglos después se les valore como merecen, para entonces, en la mayoría de los casos será tarde.

En la exposición colectiva 'Úbeda Abierta' expone Carta de otoño, terminada dos años antes; obra romántica con rasgos hiperrealistas.

Y Rosil con enriquecedoras tertulias en el centro donde abierto como nunca, gracias a su nueva amistad con Félix Martín Acemel, padre del artista, cuenta de sus andanzas por Francia y despeja dudas sobre el contrato del Banco de Andalucía por el cual Gálvez en su nueva ciudad encuentra un nexo de unión con su pueblo natal, Nerva, con solo visitar la sucursal que este banco tiene en Úbeda.

Brillantes e inertes tejados sueñan con ser doradas cintas de raso y jugar con el aire... lo corona un esperanzador cielo de azul cobalto y un sinuoso lirio esparce su perfume a tierra mojada por toda la escena.

En 1994 realiza la exposición individual, «Malcom abre la puerta... al arte» y una colectiva «Artistas de Nerva».

Colabora con todo aquel que tenga iniciativas culturales y pasa a formar parte de Atenea XXI.

Según el catálogo Úbeda forma y color (2000): «La obra de este artista, grande, no se reduce a la pintura... abarca la escultura, carteles de cine, anagramas, logotipos, inventos... a todo aquello en lo que se puede sentir la creatividad.

«Antolojía» es un guiño a Juan Ramón Jiménez, poeta de la tierra al que no usaba la letra «g».

En estos años no deja de exponer colectivamente junto con su asociación Atenea XXI en Úbeda y Baeza.