Lo mandó construir Don Diego de los Cobos, obispo de Jaén, como hospital para pobres enfermos, al mismo tiempo que iglesia-panteón y palacio.
Es una obra austera a la vez que grandiosa, con escasa ornamentación y de gran volumen.
Cuenta con 2 torres a los extremos de la fachada con cubiertas de cerámica vidriada, y otras 2 torres que enmarcan la gran capilla central.
Un tabernáculo alberga el relieve de Santiago Matamoros, a quien se dedica el hospital.
Desde un lateral del patio arranca una impresionante escalera de tipo claustral, con una especie de bóveda "colgada", ofrece fuertes resonancias islámicas hispánicas.