Mario Perniola
Su obra se vincula con la vanguardia, la Internacional Situacionista, la postmodernidad, el posthumanismo y la teoría crítica.Allí conoce también a otros importantes discípulos de este filósofo, pero algo mayores que él, como Gianni Vattimo, Umberto Eco y Sergio Givone.Entre 1967 y 1969 estuvo ligado a la Internacional Situacionista de Guy Debord, con quien mantendría una fructífera relación durante años.Sus obras han sido traducidas a numerosas lenguas, incluidas algunas del Lejano Oriente.Actualmente, y con la intención de propiciar que la disciplina Estética se abra a los Estudios Culturales, dirige la revista Agalma.Podemos resumirlas del siguiente modo: 1) La atención cuidadosa al cuerpo, comprendido como algo en lo cual el sentir alcanza estados excesivos y extremos, dentro de los cuales deben reconsiderarse las prácticas sexuales no convencionales (como aquellas que se consideran pervertidas).Sus referentes principales en este sentido son Friedrich Nietzsche, Martin Heidegger, Pierre Klossowski y Georges Bataille.Su aproximación a los Estudios Culturales (Cultural Studies) y la crítica a la sociedad de la comunicación contemporánea representan dos momentos importantes en esta última dirección, que se concretiza asimismo con la publicación de la ya citada Ágalma.También la obra de Xabier Zubiri y José Bergamín han aportado jugosos elementos a su pensamiento.[5] En su primer trabajo, "Il metaromanzo" ("La metanovela", 1966), el cual es su tesis de doctorado, Perniola defiende que la novela moderna desde Henry James hasta Samuel Beckett posee un carácter autorreferencial.[7] Esta última se ve ejemplificada por su atención a expresiones culturales alternativas y de carácter transgresor.[8] En su segundo libro, "I situazionisti" (1972)[9] materializó su interés por las vanguardias y por el trabajo de Guy Debord.En ella, sostiene la posibilidad de establecer nuevas relaciones entre la cultura y la sociedad en Occidente."Las imágenes son simulacros para aquello que las seduce, y así, a partir de su vacuidad, producen un efecto".Tránsito -es decir, ir de lo mismo a lo mismo- evita caer en la oposición dialéctica "que acabaría por precipitar el pensamiento en la mistificación metafísica".En "Del sentire" ("Del sentir", 1991; Valencia, Pre-textos, 2008), Perniola explora otros modos de sentir que nada tienen que ver con los característicos de la estética moderna desde el siglo XVII hasta el siglo XX.[24] Perniola considera que nuestra sociedad vive un "momento egipcio", marcado por un proceso de cosificación.Una vez que los productos de alta tecnología asumen cada vez más propiedades orgánicas, la humanidad se convierte en una cosa, en el sentido de que se ve a sí misma deliberadamente como un objeto.XX", Madrid, Visor, 2001) ofrece un original análisis y crítica de la estética del siglo anterior al nuestro.En él Perniola detecta cinco tendencias principales: vida, forma, conocimiento, acción y sentir.