6Al ver a Jesús desde lejos, corrió y se postró ante él; 7y, gritando con gran voz, dijo: —¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?10Y le suplicaba con insistencia que no lo expulsara fuera de la región.11Había por allí junto al monte una gran piara de cerdos paciendo.20Se fue y comenzó a proclamar en la Decápolis lo que Jesús había hecho con él.Al verlo, se postra a sus pies 23y le suplica con insistencia diciendo: —Mi hija está en las últimas.30Y al momento Jesús conoció en sí mismo la fuerza salida de él y, vuelto hacia la muchedumbre, decía: —¿Quién me ha tocado la ropa?31Y le decían sus discípulos: —Ves que la muchedumbre te apretuja y dices: «¿Quién me ha tocado?».35Todavía estaba él hablando, cuando llegan desde la casa del jefe de la sinagoga, diciendo: —Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas ya al Maestro?[2] Jesús y sus discípulos viajan al país no judío de los gerasenos (algunos manuscritos tienen "gadarenos" para armonizar con Mateo 8:28) a través del Mar de Galilea en barco, una región que se encuentra en la actual Jordania.Marcos relata la historia "con profusión de detalles circunstanciales":[5] el hombre había vivido en tumbas cercanas, y había rechazado todos los intentos de encadenarlo: el texto en griego tiene una compleja cadena de negaciones: οὐδὲ ἁλύσει οὐκέτι οὐδεὶς, oude halysei ouketi oudeis, nadie, ya no, ni siquiera con cadenas.La gente que cuidaba de los cerdos sale corriendo al pueblo para contar a todo el mundo lo que ha ocurrido, y algunos habitantes acuden a véase por sí mismos.Por "amor agradecido",[6] el hombre le pide a Jesús que le deje estar con él (en griego ινα μετ αυτου η, hina met autou e), traducido como "quédate con él" en la Biblia de Jerusalén,[9] pero Jesús le dice que vaya a casa con su "familia" (Biblia Amplificada) o con su "pueblo" (Nueva Versión Internacional) y les cuente lo que Dios ha hecho por él.Hay que tener en cuenta que la misión de Jesús no se limita a los hijos de Israel, se extiende a toda la tierra, porque le interesan todas las almas.El endemoniado está descrito con imágenes negativas: vive como los animales, en los sepulcros que le hacen impuro; el demonio le había quitado a aquel hombre cualquier vestigio de humanidad.Él se vuelve para ver quién es y ella, temerosa, lo confiesa.Llegan unos hombres y le dicen a Jairo que su hija ha muerto.Jesús se desentiende de ellos y les dice: No tengáis miedo; creed.Jesús asegura a todos que no está muerta, sólo dormida, entra y le dice (Ταλιθὰ κούμ) Talitha kum, diciéndole que se levante, y ella lo hace.En la descripción de estos dos milagros en el Marcos se nota su gusto por los detalles que evocan recuerdos muy concretos.El Marcos señala su situación desesperada y su valor para tocar las vestiduras de Jesús.