El caso del hombre importante de la ciudad también es verdaderamente edificante.
Se humilla ante Jesús y le pide claramente su intervención, ya que su hija había muerto (v. 18).
También cuando Lázaro estaba muerto, nuestro Señor dijo a Marta: Si crees, tu hermano resucitará.
Acerquémonos, pues, carísimos, a la fe de la que brotan tantos poderes.
[7][8] En la descripción san Marcos de estos dos milagros se nota su predilección por los detalles y, a al vez, cada cosa que relata está orientada a enfatizar las enseñanzas de Jesús a sus lectores: el valor de la fe en Jesús, y el encuentro personal con Él.