Marco Aurelio Avellaneda
Finalmente Pacheco se vería forzado a dejar el ministerio pero se convertiría en presidente del Banco y efectuaría emisiones clandestinas que agravarían la crisis y provocarían la quiebra de la institución.Pero esa intervención debía tener límites "He sido opositor a ciertos gobiernos electores (…) he combatido y combatiré siempre el abuso de la influencia oficial del gobierno que sin consultar más que sus caprichos haciendo triunfar contra viento y marea los candidatos más antipáticos al pueblo (…) y siempre criticaré con severidad a los gobiernos que no tengan presente las verdaderas conveniencias del pays (sic) y que no consulten ante todo la honradez y la idoneidad para los puestos políticos".[2] Esa ficción democrática se justificaba por la incapacidad e indiferencia de los electores:"Traiga U. a su memoria el espectáculo que presentan los atrios de los templos en un día de elecciones, allí no se ve sino una chusma medio salvaje que no sabe ni el nombre del ciudadano por quien va a sufragar.Y bien estos son los ciudadanos que hacen la elección, asistiendo a los comicios no por usar de sus derechos sino impulsados por el mandato del patrón o del comandante o por lo menos interesados en la empanada y el aguardiente que se les propina.ha visto la copia del Registro Cívico que está publicado no encontrará un nombre conocido.