Por el sur forma parte del océano Antártico y al este limita con el mar de Scotia.
Su anchura va de los 800 a los 950 km y sus aguas son tradicionalmente consideradas por los navegantes como las más tormentosas del planeta.
El mar o paso que separa el continente americano con el antártico fue conocido por primera vez por Francisco de Hoces, en 1526, arrastrado por una tormenta, sin embargo no pudo cruzarlo, regresando al estrecho de Magallanes.
También se señala como límite natural entre ambos océanos la curva formada por las Antillas del Sur, o Arco de Scotia, que penetra hacia el este.
Aunque el límite convencional más recurrido es el meridiano del cabo de Hornos, hasta tocar el paralelo 60° Sur, donde para muchos países comienza el océano Antártico.
A pesar de ser el principal nexo de unión entre el Pacífico y el Atlántico, debido el deshielo producido en los últimos años en el polo norte, se especula que aparecerá una vía mucho más segura y en muchos casos más rápida, el paso del Noroeste.
Se han realizado numerosas investigaciones para comprender cómo la forma del paso de Drake (batimetría y anchura) afecta al clima mundial.
[2] También se ha demostrado que la distribución actual del carbono inorgánico disuelto en el océano sólo puede obtenerse con un pasaje de Drake abierto.
De forma simplificada, la mezcla impulsa la circulación termohalina global: sin mezcla interna, el agua más fría nunca estaría por encima del agua más caliente, y no habría circulación impulsada por la densidad (flotabilidad).
La relativa poca profundidad y estrechez del paso lo hacen especialmente adecuado para evaluar la validez de las magnitudes que cambian horizontalmente y verticalmente (como la velocidad en la teoría clásica de Ekman[21]).
Continuando por la costa norte de esta isla y luego por la de las islas Nelson, Robert, Greenwich, Livingston, Rugged y Nevada, hasta alcanzar el cabo Smith en la isla Smith.
[25] Partiendo desde este cabo chileno, los primeros 47,6 km discurren sobre aguas jurisdiccionales de Chile (el 5,88 %).
Continuando hacia la Antártida, la línea recorre durante 240,54 km por aguas jurisdiccionales de Argentina (29,76 %), hasta alcanzar aguas internacionales, las que recorre en los siguientes 209,16 km (25,88 %), para cruzar el paralelo 60° S, es decir, penetrar en aguas comprendidas en la zona bajo el Tratado Antártico, por las que transita los últimos 310,9 km (38,47 %) para, finalmente, tocar las primeras costas antárticas.
Al ver esto Francis Drake decidió dar la vuelta para retomar la campaña saqueando la línea costera desde Chile hasta llegar a San Francisco y luego ir en dirección a las islas Molucas.
Por las grandes pérdidas, dijo a sus cercanos que nadie podría pasar por ese mar y que quizás más allá de este habría un nuevo mundo o una isla a la que nadie habría visitado por lo peligroso del mar, esto se esparció como prueba de habría algo en el lugar.
[28] En siglo XVII James Cook exploró la zona, en parte por las historias de Francis Drake, historias griegas que llaman al lugar Terra australis, la expedición neerlandesa, y terminó advirtiendo que era tan peligrosa que no veía valor en arriesgar la vida para descubrir tierra alguna ni en usarla como un ruta marítima.