A raíz de la muerte de su madre —ocurrida en 1773, cuando ella tenía catorce años—, María Teresa pasó a residir en Madrid, en casa de su tía Benita de Rozas, que estaba casada con el marqués de San Leonardo, caballerizo del rey y hermano del duque de Berwick.
Tras enviudar del infante en 1785, María Teresa viviría sus últimos años en Zaragoza, manteniendo contacto con sus hijos, rodeada de sus paisanos y familiares y cuidando de la importante colección de arte reunida por su esposo.
Ella misma fue retratada por Francisco de Goya varias veces.
María Teresa se casó con el infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio, conde de Chinchón, hermano entero del rey Carlos III, que había sido cardenal y arzobispo de Toledo.
Este matrimonio fue morganático, por lo que de acuerdo con la Pragmática Sanción de 1776 los hijos que tuvieron estaban privados de derechos sucesorios a la corona de España, e incluso del apellido Borbón.