H. G. Wells describe detalladamente a las máquinas de guerra en el libro 1, capítulo 10: «Visto más de cerca, el artefacto resultaba increíblemente extraño, ya que no era una simple máquina que caminara a ciegas.
Irónicamente, al principio algunos artículos de periódicos menores exageran describiendo a los marcianos como «criaturas babosas».
El personaje principal es testigo de que los trípodes se desplazan «con un movimiento tan rápido como las aves en vuelo» (Libro 1, Capítulo 12).
Sus tentáculos metálicos, que cuelgan de la parte principal, se utilizan para tomar objetos y capturar humanos.
Los trípodes llevan siempre en su "espalda" una jaula o cesta (el autor a veces los compara con pescadores llevando un cesto con pescados al hombro) que se utiliza para mantener cautivos a fin de que los marcianos puedan drenar su sangre.
La película del 2005 de Steven Spielberg muestra a los trípodes más como los describe Wells: disparan un rayo calórico (aunque muy distinto al del libro) como única arma, poseen tentáculos para drenar humanos y canastas donde poder recolectarlos.
Las máquinas son vulnerables a las armas humanas siempre y cuando el escudo protector que poseen no esté funcionando.
En esta adaptación las máquinas de guerra ya estaban listas para ser utilizadas, hallándose enterradas en las profundidades del subsuelo terrestre.