Es común observarlas en áreas de alta productividad, así como en islas oceánicas y montañas marina.En el Hemisferio Sur su distribución ocurre en las aguas de Perú, Uruguay, Brasil, Sudáfrica y Nueva Zelanda.Las razones por las que hacen esto podrían ser: como método de huida ante sus predadores, para quitarse ellas mismas los parásitos y para comunicarse con otras rayas (el ruido provocado al chocar contra la superficie del agua se puede oír y ver desde varios kilómetros de distancia).Los machos podrían hacerlo también como parte del cortejo, para demostrar su fortaleza o quizás sea simplemente una forma de juego.Por otro lado, algunos ejemplares se han acostumbrado a la presencia de los seres humanos, facilitando así su estudio y preservación en el medio ambiente.