Realizó sus primeros estudios en su ciudad natal Saltillo en el colegio Josefino.
Comenzó en 1869, con una elegía a la muerte de Eduardo Alzúa; amigo suyo.
Esto significó para la nación mexicana una esperanza en el poeta que lamentablemente terminaría de manera brusca con su vida.
De hecho le dedicó el famoso poema "Nocturno a Rosario".
Dos meses antes del suicidio, nació Manuel Acuña Méndez, quien sobrevivió poco a su padre.
Uno de sus poemas más célebres y encantadores para su pueblo lo cual fue el nocturno a Rosario dedicado a Rosario de la Peña, su trabajo más representativo.
1949 aparece su obra reunida y editada por José Luis Martínez.