El texto no se titula "Nocturno a Rosario", sino tan sólo "Nocturno"; en la línea siguiente aparecen las dos palabras que causaran uno de los escándalos romántico-literarios más grandes de todos los tiempos en México y el mundo hispanohablante: "A Rosario", escribió el joven bardo.
[1] Tanto material como formalmente, de la Peña juega un papel muy destacado en la literatura mexicana pero no por sus producciones, sino por su animación al grupo que lideró la cultura mexicana a fines del siglo XIX.
Pensemos en todas las figuras de los últimos treinta años del siglo XIX, y difícilmente encontraremos alguna que no haya acudido a esas auténticas tertulias.
[4] Acordaron, en fin, verse al día siguiente a la una de la tarde: “Si tardas un minuto más (…) me iré sin verte”, le dijo con toda claridad Manuel… y así fue.
En una célebre entrevista Rosario desmintió por completo la leyenda fatal que la sitúa como quien provocara el suicidio del bardo.