Los materiales biodegradables, como el papel de estraza, el cartón o incluso el esfagno seco, se utilizan en viveros e invernaderos para las plántulas destinadas al trasplante, ya que se pueden introducir en la nueva maceta o, directamente en el suelo, junto con la planta y al cabo del tiempo se deshacen.
[2]Las macetas se fabrican en distintos materiales; los más comunes son el plástico, la greda y el barro cocido.
Otros materiales son el gres, el hormigón, la piedra natural o artificial, la resina, la fibra de vidrio.
Para ello se sumerge la maceta durante media hora en agua con vinagre y el acetato hace que recupere su color.
Durante el siglo XVIII se transportaron en macetas semilleros del árbol del pan desde Tahití a las Indias Occidentales y los geranios hicieron el viaje desde África a Norteamérica.
Las orquídeas y las violetas africanas también recorrieron grandes distancias en este tipo de contenedores.
También proporcionan un aislamiento térmico superior, protegiendo las raíces contra el frío y el calor.
Comparten características de filtrado con la terracota, ya que al fabricarse con PLA, permiten que la maceta "sude" y drene el agua de manera eficiente.