La Luna refleja la luz del Sol a la Tierra con la totalidad de su cara visible, por lo que se puede observar completamente circular y con una gran luminosidad.
Su tamaño máximo sucede en el momento en que la expansión se detiene, y cuando en la gráfica su inclinación de la tangente es cero.
Los típicos calendarios mensuales que incluyen las fases de la Luna pueden presentar datos diferentes por la zona horaria.
Las lunas llenas están tradicionalmente asociadas con insomnio temporal, demencia (de ahí vocablos como «lunático») y varios fenómenos mágicos como la licantropía.
El hindú, tailandés, hebreo, islámico, tibetano, maya, neopagano, celta, y el tradicional calendario chino están basados en las fases de la Luna.
Un método antiguo de asignar nombres se basa en las estaciones y en los cuartos (trimestres) del año.
Había algunas variantes en cuanto a los nombres de las lunas entre unas tribus y otras, pero en general eran los mismos nombres comunes que usaban las tribus de Nueva Inglaterra hasta las que estaban establecidas muy cerca del lago Superior.
Los colonos europeos siguieron utilizando aquella misma costumbre, incluso crearon algunos nombres propios para designar a estas lunas llenas.