Fue conocida en la corte española, sobre todo, por su conducta inapropiada debido al trastorno límite de la personalidad (TLP) que padecía.
Debido a que casi nadie le prestaba atención cuando era niña, Luisa Isabel recibió poca educación y parecía destinada a casarse con algún príncipe alemán o italiano que no fuera muy conocido.
[1] Se presentaba ante toda la corte sucia y maloliente, negándose a utilizar ropa interior, e intentaba provocar al personal exponiendo sus partes íntimas de un modo sibilino.
Su comportamiento parecía empeorar con el tiempo, ya que de la noche a la mañana se la ve limpiando pañuelos, cristales, baldosas, azulejos y tejidos de toda índole en el palacio.
Luisa Isabel contrajo la viruela pero pudo recuperarse al ser, en su caso, menos maligna.
Tras permanecer en un convento durante dos años, residió en el Palacio del Luxemburgo, situado en París.