Así, las niñas no podían salir de sus aposentos sin permiso, donde solo una dueña (sirvienta madura) podía estar con ellas y aparte del padre y hermanos los únicos varones que tenían acceso eran confesores ancianos.
Sin embargo, María murió de malaria poco después y fue reemplazada por la hermana más joven, Lucrecia.
Aunque le escribía numerosas cartas a su reciente esposo, no recibió respuesta.
La princesa deseaba fervientemente abandonar el control materno y comenzar una vida independiente.
Otra posible causa de la muerte, que a menudo se especula, fue el envenenamiento.