[2] Se sabe que el retrato donde aparece junto a su hijo fue comisionado por este mismo cuando ya había subido al poder, y era más que nada una forma de legitimar su posición política, al elegir la época del retrato en el momento de la muerte del padre, cuando Cosme tenía 7 años, y con las manos enlazadas con su madre subrayando así la alianza con ella que era la única representante (a pesar de ser mujer) de la rama original de Lorenzo el Magnífico.
Probablemente a causa de la anemia por las pérdidas continuas de sangre, se enumeran otros síntomas como fatiga, disnea, desmayos, síncopes, extremidades frías, vómitos, agitación y pulso cardíaco débil, aunque más rápido de lo normal.
Los síntomas descritos en las fuentes históricas son compatibles con esta infección y es posible que las rectorragias fueran consecuencia de una afectación colorrectal.
[7] No existen pruebas, sin embargo, de que María Salviati hubiera sido marginada en la corte, pero sí se conoce que llevaba una vida retirada, quizá para disimular la afección.
El velo que lleva en todos sus retratos podría haberle servido para encubrir las lesiones cutáneas.