Lorenzo de las Llamosas

Tuvo también conocimientos militares y participó por lo menos en una campaña militar en España, donde perteneció a la Corte del Rey.

Su biografía es reducida en datos y carecemos casi completamente de referencias; las que sobre él existen, algunas incompletas y otras dudosas, provienen en su totalidad de los estudios realizados por el investigador peruano Guillermo Lohmann Villena.

La crítica literaria peruana no ha prestado la necesaria atención a la obra de este escritor.

Luis A. Sánchez y José de la Riva Agüero, no lo mencionan en sus estudios literarios; tampoco lo hace don Ricardo Palma, quien se caracteriza por dejar muy pocos rincones literarios sin estudiar.

Igualmente en esta capital escribió la zarzuela También se vengan los dioses, en tanto que el resto de su obra fue escrita en España.

Hay pues una larga y clara precedencia en cuanto a la utilización del medio literario como forma de educación, lo cual será recogido por Llamosas a través de sus obras en prosa: moralizadoras y didácticas.

Durante este siglo hay en España una gran influencia literaria de Italia y se da el inicio del barroco como tendencia general en el mundo cultural, escindido en España en sus dos ramas más aparentes: conceptismo y gongorismo.

En la dedicatoria al Virrey, que está escrita en prosa, se incluyen unos pocos versos.

Esta característica escénica se repetirá en todas sus obras teatrales, las cuales por estar destinadas a festejos reales seguramente no tenían limitaciones de gasto.

La comedia-zarzuela se desarrolla en dos jornadas, y en ella Apolo y Venus disputan entre sí para favorecer los amores de unos pastores que se enamoran y entrecruzan sus amoríos entre ellos; el elemento cómico está asegurado por los parlamentos del personaje denominado Cuervo, cuyas intervenciones, coloquiales la mayoría de ellas, pone el elemento popular y de frescura espontánea, que contrasta con el habla ampulosa y recargada, a fuer de gongorina, de los demás personajes.

La loa consiste en una escenificación que a pesar de su corta duración exige una maquinaria teatral muy grande y elaborada, para así poder trasladar a los dieciocho intérpretes en escena y efectuar sus desplazamientos suspendidos en el aire.

La obra está dedicada al Rey don Carlos II en el día de su onomástico del año 1698 y también a su esposa doña Mariana de Baviera, y se representó en el palacio real por las dos compañías de teatro que en ese momento estaban asignadas al palacio.

Por fin, y antes de comenzar la comedia o fiesta, participa Llamosas al lector en una apretada síntesis sus actividades de los últimos años en que no ha escrito comedias, pero ha utilizado su tiempo en viajar: dos veces a Italia, y también a Inglaterra, Holanda, los países bajos [una de estas dos últimas referencias debe ser hecha a lo que hoy es Bélgica] y Francia.

Al fin, la intervención adversa de los dioses hace fracasar estos amores y por orden que lleva Mercurio, el mensajero de los dioses, se le conmina a Eneas a que junto con sus compañeros parta sin decirle nada a Dido.

En las líneas finales de la pieza, Dido otorga su mano y con ella su reino, a Yarbas.

En las Octavas reales escritas por Llamosas ante el pedido de participar en el homenaje póstumo que se rindió a la musa de las letras, la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz, mediante un libro que se publicó en Madrid en tres tomos, se nota simplemente el tono elegíaco que debía tener la composición y los deseos de colaboración literaria del autor peruano.

El libro se dirige primero a su valedor ofreciéndole su trabajo; vienen luego la aprobación, la licencia para que el libro se imprima por no contener desmedro para la religión cristiana ni para la Corona de España, una segunda aprobación que en realidad es una recomendación de lectura, la corrección, el privilegio y la tasa.

A continuación una carta del P. Blas López en la que encomia al autor y en donde también comenta sus impresiones ante la excepcional capacidad de memoria de Llamosas, que se puso a prueba en su presencia cuando repitió 2 000 palabras sueltas en orden y luego empe-zando por la última hasta la primera las repitió también por su orden inverso y finalmente otra vez las 2 000 palabras en su orden inicial, sin cometer ningún error ni en las palabras ni en su orden; acto continuo y aludiendo a sus cualidades de versificador relata la prueba que él presenció: se le dio a Llamosas una octava y además 16 asuntos distintos, entonces él dictó a 16 personas, componiendo 8 octavas con cada uno de los versos de la octava que le había sido propuesta y además dictó 4 octavas y 4 sonetos completando así las 16 composiciones en verso, todas las cuales fueron de feliz factura, y lo cual se realizó en el lapso de tiempo necesario para decirlo y escribirlo, de corrido.

En el Imperio persa reinaba en este tiempo Asuero, sobre las 127 provincias que comprendía un inmenso imperio que se extendía desde Etiopía hasta la India; Asuero (nombre bíblico), Jerjes (nombre de su traducción al griego) o Artajerjes Longimano (como lo llama Llamosas) celebra un festín que dura varios días y durante el transcurso de éste, envía a sus eunucos para que traigan ante su presencia a su esposa, la reina Vasti, quien debía hacerlo luciendo su corona.

Ester fue la elegida por Asuero; poco tiempo después el tío de ella, Mardoqueo, descubre un complot para matar al rey, lo denuncia y los conspiradores son colgados.

Esta carta, larga y con los muchos florilegios, adornos y las alabanzas que exige el estilo cortesano, tiene por finalidad... solicitarle a tan afamado matemático su último libro sobre esta materia.

En el decurso de la carta le hace Llamosas un brevísimo resumen de su vida, desde su nacimiento en América y el viaje a España emprendido bajo la protección del Virrey Duque de la Palata hasta su llegada a Madrid, y luego sus dos viajes por la Europa hispánica, abocado a actividades militares haciendo además una minuciosa lista de todas las ciudades que ha visitado: las islas españolas en el mar Mediterráneo, Génova, Nápoles y Roma, Londres, Róterdam, Leyde, Ámsterdam, Utrecht, Bruselas y París.

El manuscrito de Telémaco...se encuentra en la Biblioteca Nacional del Perú, en Lima, bajo la signatura C 1658 ms.

Ahí están para demostrarlo la tormenta con que se inicia el poema Demofonte... que es igual a la que se desencadena en el primer libro de la Eneida (en éste, la responsable es Juno y en el otro, Venus); la Princesa Filis es remedo fiel de la Reina Dido y ambas caen en una relación amorosa con el héroe del poema respectivo, y ambas igualmente desdeñadas, ponen fin a sus días.