Lo que llamamos «razón» o «pensamiento» tendría la capacidad para conocer la verdad y el sentido de las cosas.
De esta manera, la razón logocéntrica, según Klages, «concibe la naturaleza sólo como materia racionalmente explotable, corta al hombre de sus raíces cósmicas y se vuelve peligrosa para la humanidad».
De este modo, la palabra hablada ha sido entendida como una manifestación inmediata y pura del lenguaje.
Esto nos lleva, dice el filósofo franco-argelino, a creer en la palabra hablada como algo cercano al espíritu y, con ello, a la idea de que la mente refleja de manera fiel y natural el mundo.
[2] A nivel Semiótica, esto implica que según la tradición logocéntrica, el signo oral (es decir, los componentes de la palabra hablada) están en conexión directa con su significado.