Ley de Abolición de la Nobleza
[9] Por otra parte, es precisamente debido a que la alta nobleza (normalmente formada por la vieja nobleza) pudiera quedarse sus posesiones y, por tanto, su estatus en la sociedad, que en un principio la ley perjudicaba de facto sobre todo a la llamada Briefadel (títulos concedidos por cartas de privilegio), cuyos títulos muchas veces eran el único indicio de su posición social y, por tanto, prestigio.Según el historiador Roman Sandgruber, «La pérdida de los privilegios nobiliarios fue dolorosa, aunque seguramente más para la nobleza por privilegio, a la que se arrebataba así lo más importante, que para la alta nobleza, a la que no se le podían arrebatar los símbolos históricos, los castillos y bosques, y la imagen nobiliaria construida durante siglos».[4] En líneas generales, dirigirse en sociedad con el título nobiliario, algo que se hace con cierta moderación en las familias de la antigua nobleza austríaca, constituye una infracción del ordenamiento público, aunque «siempre y cuando se considere un desprecio permanente o desafiante de la ley».Sin embargo, no se aplica a la mención del tratamiento protocolario por una tercera persona que no sea entidad pública (por ejemplo, el incluir la palabra Graf o la preposición von en la dirección del destinatario de una carta personal).[11] La directriz protocolaria del estado de Estiria, por ejemplo, aclara que el dirigirse una persona a otra, bien en persona bien en escrito, no se considera uso propio del predicado de nobleza y, por tanto, no es punible.[7] Según el artículo 5 de la correspondiente ley, el uso de designaciones, títulos y dignidades nobiliarias, tanto en la comunicación con la Administración (a nivel nacional, regional o local) como en entrevistas y comunicados públicos, son punibles.Lo que sí está expresamente prohibido es su uso dentro del sistema público y político austríaco o en comunicaciones con las autoridades.Sin embargo, un ciudadano no austríaco residente en Austria puede dirigirse a las autoridades con su apellido también cuando este incluye uno de los mencionados predicados.[21] Por otro lado, en 2003, el Tribunal Constitucional falló que una mujer austríaca adoptada por un noble alemán en Alemania no podía utilizar sus designaciones como parte en su nombre.En abril de 2015, el partido Los Verdes registró una propuesta de resolución en el Consejo Nacional para «adaptar la ley a las condiciones actuales», especialmente en lo que respecta a sus disposiciones penales, contemplando multas más elevadas una vez se realizaran los ajustes fiscales requeridos.Otra moción similar en 2017, también de Los Verdes, fue suspendida indefinidamente en el Comité Constitucional del Consejo Nacional.[25] Por otro lado, tanto los opositores a la ley como parte de la prensa nacional han criticado estas propuestas en repetidas ocasiones.[26] En algunas ocasiones, las autoridades austríacas han excedido en la interpretación de la ley, aplicando criterios más tarde anulados por los tribunales.[27] En 2019, Carlos Habsburgo-Lorena, nieto de Carlos I y presunto pretendiente al trono (actualmente empresario y político), fue sancionado por el distrito de Viena-Landstraße por su sitio web particular titulado karl von habsburg, bajo la URL karlvonhabsburg.at.[28][29] Tras recurrir ante el Tribunal Administrativo Regional, este avaló la sanción, si bien en realidad no se impuso ninguna multa pues la cuantía citada, de 20 000 coronas, nunca fue traducida al valor actual del euro.[32] Por su parte, Carlos avisó que llevaría el caso al Tribunal Administrativo Superior, rechazando la sentencia de la corte regional y avisando que no pensaba migrar su web a otro dominio ni cambiarle de nombre.Esto no fue siempre el caso: El padre de Carlos de Habsburgo, Otón Habsburgo-Lorena (fallecido en 2011), en su día también pretendiente al trono, casi no se pronunciaba al respecto; desde su regreso del exilio en 1966,[37] se puso a dedicar a la política, llegando a ser durante 20 años diputado en el Parlamento Europeo por CSU.[41] El jurista e historiador Egon Ellrichshausen, quien ha luchado años por tener el derecho de incluir en su nombre los predicados Freiherr y von,[42] ha escrito un libro llamado Austria y sus nobles (Österreich und seine Adeligen), en el que critica duramente la ley, definiendo la legislación austríaca como discriminatoria y comparando la postura de los Gobiernos austríacos en esta cuestión a la culpabilidad universal echada a los judíos.Casi 5 años después, este les dio finalmente la razón, argumentando que la supresión del predicado impuesta por las autoridades austríacas vulnera el derecho a la vida privada y familiar.[4] Cabe destacar que la política liberal Martina Künsberg Sarre del partido NEOS se registró en su día en el congreso con el nombre Martina von Künsberg Sarre, aunque según la portavoz de la formación lo hizo como nombre artístico, sin pretensión nobiliaria.