Su libro más reciente está titulado: Qué dijo Fanon: Introducción filosófica a su Vida y Pensamiento.
Gordon ha afirmado: "En la actualidad, no hay tal cosa como sangre judía pura.
[2] Alcanzó prominencia en este tema por primera vez debido a su primer libro, Bad Faith and Antiblack Racism (1995), el cual era estudio de fenomenología existencial de antirracismo negro, y su Existence in Black: An Anthology of Black Existential Philosophy (1997).
El racismo adscribe a la gente llamada "racialmente inferior" valores intrínsecos que emanan de su carne.
En otras palabras, rechaza las teorías que consideran al racismo como una función de malas emociones o pasiones.
Tales fenómenos, sugiere, emergen como consecuencia del pensamiento racista, pero no son su causa.
Prefiere concentrarse en estudios de racismo anti-negro en vez de "supremacía blanca" porque, como él señala, el racismo anti-negro no podría existir sin la supremacía blanca.
Hay muchas personas que rechazan la supremacía blanca pero afirman nociones de inferioridad negra.
El hecho de que una mujer negra pueda adorar a un dios con respecto a quien no es similar y nunca podría ser idéntica demuestra que el amor no requiere semejanza.
Gordon resalta[cita requerida] estas dinámicas utilizando las observaciones de W. E. B.
En otras palabras, uno no tiene porque ser negro para contribuir para esta área del pensamiento.
Rechaza la noción de que la filosofía existencialista es incompatible con el pensamiento religioso.
Para apoyar esta posición, examina como la religión posee no solo preguntas únicas sobre los caminos que deben tomarse en la lucha por la liberación, pero también de las condiciones que hacen a las prácticas religiosas como la adoración posibles.
Concluye la obra con una reflección sobre la escritura, en la cual explica su propio compromiso a los enfoques filosóficos trascendentales, aquellos, en otras palabras, que exploran las condiciones mediante las cuales ciertos fenómenos pueden manifestarse y se vuelven posibles.
Aunque Husserl llama por la suspensión de la actitud natural, su objetivo era primeramente epistemológico.
También le preocupa la metafísica, la cual, a diferencia de muchos pensadores contemporáneos, no rechaza.
La noción de suspensión ontológica, la cual él considera compatible con la fenomenología husserliana, adelanta este esfuerzo.
Por esto, debe resistirse a la colonización epistemológica, y en este sentido la fenomenología en sí misma es postcolonial o de-colonialista.
La mayoría de estas ideas emergieron en el trabajo que le dio a Gordon su reputación en los estudios sobre Fanon—concretamente, Fanon y la Crisis de Hombre europeo: Un Ensayo sobre Filosofía y las Ciencias Humanas (1995).
El libro ofrece una serie de innovaciones sobre las cuestiones del colonialismo y las ciencias humanas.
Gordon argumenta que aunque los seres humanos son incompletos sin las leyes de la naturaleza, no se sigue necesariamente que puedan ser estudiados y comprendidos con una precisión razonable.
Argumenta que el racismo y el colonialismo son fenómenos de la vida diaria y que, como tales, son vividos como aspectos "normales" de la vida moderna.
También quiere decir hacer que los blancos sean el estándar de valor.
Esa relación solo existe entre los blancos y cualquiera que ellos vean como seres humanos o genuinos Otros.
Por lo tanto, la lucha entre el racismo anti-negro es irónicamente para que los negros se conviertan en Otros.
Este desplazamiento de la otredad quiere decir que la lucha en contra del racismo está governada no por leyes morales si no por leyes trágicas en las cuales la inocencia se vuelve irrelevante.
Gordon argumenta que una sociedad genuinamente emancipada crearía espacios para la celebración ordinaria de los placeres cotidianos.
Sus libros coeditados con Jane Anna Gordon, Not Only the Master's Tools: African-American Studies in Theory and Practice (2005) y A Companion to African-American Studies (2006), ofrecen algunos importantes nuevos conceptos en el desarrollo actual de su pensamiento.
Gordon considera que todos sus trabajos forman parte de una tradición humanista.
Gordon, sin embargo, describe lo que está intentando hacer como una suspensión teleológica de la disciplinaridad.