Lenguaje y género

[7]​ Para el español sobresalen autoras como Mercedes Bengoechea, Eulalia Lledó y Yadira Calvo.Sin embargo, estas dos preguntas han dividido el campo en dos áreas separadas.Las investigadoras en esta área han intentado comprender los patrones del lenguaje para mostrar cómo puede reflejar el desequilibrio de poder en la sociedad.[10]​ Por lo tanto, este campo busca las formas en que una lengua puede contribuir a la desigualdad y el sexismo en la sociedad.[8]​ En el pasado, muchas investigadoras feministas del lenguaje solían creer que el poder era algo separado del lenguaje, que ayuda a los grupos de poder, por ejemplo, a los hombres, a dominar la forma en la cual se produce y se utiliza el lenguaje en la sociedad.[8]​ Muchos estudios en este campo suponen que existen diferencias de género en el uso del lenguaje; por lo tanto, examinan cómo los diferentes géneros varían en sus estilos de habla.Sin embargo, este enfoque no incorpora el debate de quién, inicialmente, decidió establecer estas diferencias y normas, y por qué estas normas son generalmente aceptadas.[12]​ En consecuencia, realizar actos que sigan las normas sociales conduce al fenómeno del discurso de género.Por tanto, el género parece un concepto natural e incluso científico para todos los individuos de una sociedad.[14]​ En materia de competencia lingüística (es decir, la capacidad de producir conocimiento y comprenderlo a través del lenguaje), la antropología lingüística y la sociolingüística creen que solo el conocimiento de la estructura y la morfología no puede ayudar a una persona a comunicarse con las demás.Las personas aprenden gradualmente a usar el lenguaje en situaciones sociales específicas y desarrollan la competencia comunicativa.[13]​ El otro ejemplo, común en varias lenguas, es la forma de trato hacia las mujeres que las categoriza como "la señorita" frente a "la señora", mientras que a los hombres solo se les llama señor.