Lealista (guerra de Independencia de Estados Unidos)

[1]​ El historiador Robert Middlekauff estima que 500.000 colonos, es decir, un 19% de la población blanca, permanecía leal a Gran Bretaña.

Aquellos que aún estaban determinados a seguir leales se alistaron como voluntarios en el ejército británico.

[9]​ Los lealistas solían ser hombres ancianos, frecuentemente mercaderes adinerados; aunque también había muchos de ellos que eran humildes.

No obstante, los lealistas del sur fueron fácilmente sometidos por los revolucionarios, quienes controlaban las administraciones local y estatal.

En los territorios controlados por los revolucionarios - la mayor parte del país - se confiscaban las propiedades a los lealistas.

En 1775, William Drayton y un líder lealista, el Coronel Thomas Fletchall, firmaron un tratado de neutralidad.

Posteriormente librarían una batalla sobre el Gran Puente del Río Elizabeth, conducidos por el lema «libertad para los esclavos», pero esta vez fueron derrotados.

Los supervivientes se enrolaron en otras unidades lealistas y permanecieron activos durante el transcurso del conflicto.

Tras 1787 se convirtieron en la élite del país; por ello, el krio, es decir, el africano con ascendencia americana, empleaba «dólares y centavos» como moneda.

Los lealistas no hicieron ningún intento de organizarse políticamente, pues a menudo eran poco más que unidades regulares británicas destinadas en la zona.

[15]​ La mayor parte de las fuerzas lealistas combatieron en las colonias del sur, muy pocos lo hicieron en el norte.

[cita requerida] Paralelamente, un gran número de estadounidenses sirvieron en el Ejército regular Británico y en la Armada Real.

La mayor parte de los lealistas blancos (400.000-500.000) permanecieron en América durante y tras el término del conflicto.

No obstante, aquellos ancianos que habían fundado una familia, hecho amigos y adquirido propiedades en territorio americano, tendían a quedarse allí.

De hecho, los lealistas constituyen los primeros refugiados políticos canadienses, así como los primeros colonos británicos del territorio, pues, a pesar de que dicho territorio había sido anexado por la corona, estaba habitado esencialmente por franceses.

Los colonos lealistas establecieron varios asentamientos en Nuevo Brunswick, colonia que hasta 1784 había sido territorio neoescocés.

Su vínculo con Gran Bretaña, así como su antipatía hacia los Estados Unidos, proporcionó a Canadá la fuerza necesaria para mantenerse independiente en Norteamérica.

Los descendientes de las tribus iroquesas, dirigidos por Joseph Brant Thayendenegea, fundaron las Seis Naciones del Gran Río, la reserva más extensa en territorio canadiense.

No obstante, nunca volvió a América, sino que permaneció atento al establecimiento de las instituciones reales británicas.

Varios miles de los que habían abandonado la Florida oriental y occidental volvieron a Georgia.

Hubo un retorno gradual de aquellos exiliados a los que la vida en Nueva Escocia se les hacía demasiado difícil.

Estatua y placa leales al Imperio Unido en Hamilton, Ontario