Las mujeres durante la dictadura de Primo de Rivera

Si bien había feministas activas, tenían un número limitado y sus organizaciones no tuvieron demasiado éxito en el logro de sus objetivos.

Para cuando se convocaron las siguientes elecciones generales, la constitución que otorgaba a las mujeres el derecho al voto ya no estaba en vigor y se estaba redactando una nueva constitución.

Las necesidades económicas hicieron que las mujeres fueran más visibles en la fuerza laboral y empezaron a invadir dominios tradicionalmente masculinos como el café o el ateneo.

Cuando se organizaron tales eventos, los hombres consideraron sus actividades como objeto de chiste.

La independencia femenina, organizada principalmente en Madrid alrededor del Lyceum Club, fue condenada por miembros de la Iglesia Católica y vista como escandalosa por naturaleza.

El 8 de marzo de 1924, el artículo 51 del Real Decreto del Estatuto municipal incluiría por primera vez un anexo que permitía a las autoridades electorales a nivel municipal incluir en el censo a las mujeres mayores de 23 años que no estaban tuteladas por hombres o por el Estado.

En consecuencia, algunas mujeres aprovecharon esta apertura política, se postularon para cargos políticos y obtuvieron algunos escaños en los gobiernos municipales como concejalas y alcaldes en aquellos lugares en los que se celebraron elecciones.

María Cambrils se mostró complacida de que las mujeres consiguieran el derecho al voto, pero le frustraban las restricciones impuestas a las votantes femeninas.

Algunos católicos intentaron capitalizar el otorgamiento del derecho al voto a las mujeres para sus propios intereses políticos, teniendo bastante éxito en las elecciones locales en algunos sitios en los que el 40% de sus votos totales provenían de las mujeres.

[9]​ Para cuando se convocaron las siguientes elecciones generales, la constitución que otorgaba a las mujeres el derecho al voto ya no estaba en vigor puesto que se estaba redactando una nueva constitución.

Cuando las mujeres desarrollaron actividad política durante el período anterior a la República, con frecuencia lo hicieron de manera espontánea.

A pesar de esto, los disturbios y protestas que organizaron sirvieron para generar mayor conciencia política entre las mujeres sobre la necesidad de ser más activas en la esfera social y política para promulgar cambios que mejoraran sus vidas.

Esto incluía cuestiones tales como cambios a las leyes de divorcio, mejor educación e igualdad salarial.

La Agrupación Femenina Socialista de Madrid estuvo activa durante este período.

Ello no se tradujo en mayor participación en el ámbito político, ya que las organizaciones políticas socialistas eran abiertamente hostiles hacia las mujeres y no estaban interesadas en atraer su participación.

Como consecuencia de ello, cuando llegó la Guerra Civil, pocas mujeres socialistas se dirigieron al frente.

Sus nombramientos fueron un deseo de ver a las mujeres involucrarse más en la vida política.

[12]​[13]​ Tanto el PSOE como la UGT tenían conflictos internos sobre si participar o no en la asamblea dado que carecía de poderes reales.

Su artículo 15 establecía: "a ella podrán pertenecer, indistintamente, varones y hembras, solteras, viudas o casadas, éstas debidamente autorizadas por sus maridos y siempre que los mismos no pertenezcan a la Asamblea […].

Entre estas mujeres se encontraban María de Maeztu, Micaela Díaz Rabaneda y Concepción Loring Heredia.

[4]​ La Agrupación Femenina Socialista de Madrid estuvo activa durante este período.

Ubicación de la provincia de Barcelona .
María Cambrils Sendra en una de las únicas fotografías que existen de ella.