En 1427 había perdido sus connotaciones de núcleo burgués y, aunque formalmente francos, sus habitantes se dedicaban preferentemente a la agricultura.
Tras la peste negra su población tan sólo sumaba 18 fuegos (1366), cifra que creció a 31 (1427) y 47 (1553).
Tras un notable aumento durante el siglo XVIII, hasta alcanzar los 205 habitantes en 1786, inició de nuevo un retroceso demográfico hasta mediados del siglo XIX: 193 habitantes (1824) y 147 (1857).
El 26 de marzo de 1823, Santos Ladrón de Cegama, en el contexto de la Guerra Realista (1821-1823) infligió una dura derrota aquí a una columna constitucionalista que se vio obligada a refugiarse en Pamplona y cuyo bloque inició poco más tarde.
Ese año se integró en el actual de Esteríbar.