En este artículo se respetan tanto los subapartados como los títulos dados en el original de 1896.
Posteriormente pasa al fundamento histórico de la leyenda: don Gonzalo Gustioz, Ruy Velázquez, Almanzor y Galve.
Posteriormente pasa a analizar las crónicas que se inspiran en ese segundo cantar de gesta.
Señala los lugares épicos comunes con otros cantares, como la partida de ajedrez y la sentencia del traidor.
Así: A Calatrava la vieja, Yo me estaba en Barbadillo, Ay Dios que buen caballero, Ya se salen de Castilla, Párlese el moro Alicante.
En el siglo XIX, con el romanticismo, esta leyenda es tenida en consideración por diversos autores caso del Duque de Rivas, en su obra El moro expósito y otros.