Actualmente se conserva en el Museo del Louvre de París, en Francia.
Se retrata a la mujer vuelta de espaldas, pero girando la cabeza hacia el espectador.
Aparecen en la obra accesorios que le dan su toque oriental: el abanico, el turbante y la pipa.
Ha retomado aquí el estilo serpentino y el irreal alargamiento de los miembros propio del manierismo.
Debe señalarse que Ingres visitó Florencia y ya había descubierto las pinturas italianas.