[1] Un planteamiento que ya está presente en La casa navarra, donde muestra cómo las condiciones naturales -el clima y los materiales disponibles para la construcción-, influyen en las características de la arquitectura doméstica, pero recibiendo soluciones que responde a la idiosincrasia de los navarros.
La inclinación de la cubierta aumenta con la humedad y el frío del clima.
Sin embargo en la zona pirenaica, entre Burguete y Huesca, la teja curva se sustituye por la plana; de distintos materiales: lastras, tablillas y cinc, aunque no desaparece totalmente la teja de arcilla.
Se refiere también a la relativa abundancia de casas en cuevas en una zona bastante amplia, en la que lo más frecuente es el ladrillo: así existen viviendas en cuevas en Milagro (35%), Arguedas (27%), Andosilla (10%), Azagra (20%), Mendavia, Caparroso (20%), Peralta (20%).
[7] El entramado en los paramentos exteriores es frecuente en las zonas con abundancia de bosque, y no excesivamente frías: es decir, en la zona de la Montaña que vierte al cantábrico, y en la Burunda y la Barranca; menos frecuente en zonas con abundante madera, pero clima frío, Fondo fotográfico de Leoncio Urabayen en la Universidad Pública de Navarra, incluye entre otras fotografías las utilizadas por el autor en su libro La casa navarra.