Buharda

[10]​ La mayoría de las veces se coloca en los muros cortina interiores (permite controlar los muros cortina exteriores) o encima del acceso a un castillo fortificado, equipado con arqueros o aspilleras, estas últimas permiten defender la puerta situada debajo.

Ya en el siglo XI se decía que buhardar significaba fortificar, adornar con merlones de madera o vallas.

Una buharda puede confundirse a veces con las letrinas, pero estas últimas, sin uso defensivo, están en ménsulas sobre una pared, no tienen abertura y son más estrechas: generalmente descansan sobre dos ménsulas en lugar de tres o cuatro como las de una buharda.

Viollet dice que en Núremberg, fortificado por Alberto Durero, todavía regía en su tiempo una disposición singular, a saber: hourds en bois hourdés en briques el mortier sobre el parapeto ya grueso y apto para admitir artillería.

El dispositivo que menciona es un tejado a dos aguas, cuyo piso puede sostenerse en la cresta del parapeto con riostras sobre el cordón, para dejar libres las cañoneras.

Buharda de la fachada norte de la iglesia fortificada de Archon en Francia