[1] Para entender la situación debe recordarse que en el Chaco argentino a fines del siglo XIX no existía donde proveerse de insumos elementales.
Por eso La Forestal instaló sus propios almacenes que aceptaban los famosos vales con mercadería a bajo precio, para evitar la presencia de otras eventuales industrias.
Esa fuerza policial hacía cumplir la normativa interna de la empresa pero incluso aunque entrara en conflicto con la propia Constitución argentina.
Según el diario socialista La Vanguardia hubo muertos por la fuerza parapolicial financiada por la propia empresa, pero cuyas armas y uniformes eran provistos por el Gobierno santafesino, en ese entonces a cargo del abogado y político «radical» Enrique Mosca (1880-1950), quien años más tarde sería abogado de la empresa.
[3] Desde el territorio de La Forestal se desplegaban además líneas ferroviarias privadas hacia los puertos argentinos.
Al ser los únicos ferrocarriles existentes en esa zona del país, la empresa también obtenía ganancia de ellos, cobrando para que otras empresas estatales o privadas pudieran transportar sus mercaderías, algo que de otro modo no podrían haber hecho.
Durante los 80 años que funcionó La Forestal, la suma abonada al Estado como en concepto de impuestos fue mínima.
Simultáneamente la organización civil Liga Patriótica Argentina instaló en la zona grupos armados con los que, en esa etapa de su historia, desarrollaba acciones parapoliciales, enfrentando a huelguistas.
Pese a que llegaron en tren y armados, son repelidos hacia la espesura del monte.