El nombre del baile hace referencia a un movimiento peculiar en el que los bailarines parecen tener nalgas duras («Cu Duro» en portugués), simulando un estilo de baile agresivo y agitado.
[2] La evolución del kuduro ha sido en gran medida determinada por la tecnología disponible para sus músicos y productores.
Este software basado en patrones amplió enormemente el potencial sonoro del kuduro, ya que los productores podían incorporar sonidos sintetizados integrados en el programa Fruity Loops.
Además, debido a que Fruity Loops era vulnerable a la piratería, el kuduro se democratizó efectivamente, lo que permitió que los angoleños de clase baja en los musseques (asentamientos construidos para albergar a los pobres angoleños) contribuyeran al desarrollo de la música.
Esta revolución tecnológica amplió aún más las posibilidades de producción del kuduro, permitiendo a los músicos grabar voces desde casa, sin tener que visitar un estudio formal.
En la variedad de Lisboa (o kuduro progresivo), que mezcla el kuduro con música house y techno, Buraka Som Sistema, un proyecto de música electrónica portugués/angoleño con sede en Portugal, fue responsable de la internacionalización del kuduro, presentando el género en toda Europa.