Juan de Segura

En este prólogo declara el autor la intención de su obra: Dice que lo habían importunado para que tradujese esta obra del griego al castellano, lo cual es solo un tópico retórico.

La forma epistolar permite ahondar en el intimismo psicológico, como evolución natural de la novela sentimental.

Los lugares citados en la obra son de Toledo; también los rasgos lingüísticos, aunque pueden ser del impresor.

Pero el Proceso carece de este amor ideal: los protagonistas ya fueron amantes hace dos años: el amor absoluto no puede ser repetido y además el amante no procura casarse con la amada, ni le pesa la oposición de los hermanos, ya que lo que realmente desea es disfrutarla corporalmente; por otra parte su amada también se presenta lejana del ideal, ya que su interés se reduce al deseo material tras encerrarse en un convento y el amante mantiene la relación amorosa con las mensajeras enviadas por la amada.

Su Quexa y aviso contra amor, que habitualmente se imprimió con esta obra, se editó también por separado, quizá porque los lectores consideraron que pertenecía a otro género; tiene edición moderna de Joaquín del Val (1956), aunque no crítica; según Marcelino Menéndez Pelayo, "por los nombres de sus personajes podemos titularla Lucindaro y Medusina.