Se trató del arquitecto más relevante de la ciudad de Córdoba durante la segunda mitad del siglo XVI, siendo su mayor competidor Hernán Ruiz III.
Su obra consolida el manierismo en Córdoba y su provincia.
[1]Comenzó su afán arquitectónico en el taller de su padre, que ya era conocido en la ciudad, donde comenzaría a familiarizarse con la ingeniería hidráulica, convirtiéndose en un maestro de este ámbito.
[2] En 1586 realiza la Cárcel y Casa del Corregidor (actualmente Mercado de Sánchez Peña) que preside la plaza de la Corredera, obra que le llevaría a ser maestro mayor de la ciudad tres años después.
En 1589 redactó las directrices para la construcción del chapitel del campanario de la Mezquita, obra que realizaría Francisco de Herrera.