José Santacreu Mansanet
En 1924, se afilia al sindicato de tipógrafos siendo elegido secretario del mismo posteriormente.Desde Teruel envía crónicas al periódico Mundo Obrero del que es corresponsal.[3] Tras la caída de Castellón en 1938, se traslada a Murcia donde dirige el diario Unidad.El barco los traslada a Orán, en la Argelia francesa, donde los refugiados son ubicados por las autoridades francesas en un improvisado campo de concentración a cielo descubierto (hombres) y una cárcel abandonada (mujeres).Lo acompaña su mujer, la madrileña Pepita Ruiz (1914-2017), con la que tendrá dos hijas, Maribel (1940-1996, médica) y Carmen (n. 1946, física).Es cuando emprende su trayectoria como traductor del ruso al español versionando el libro de Borís Zubavin El comienzo, un título muy apropiado para el caso.Sin embargo, gracias a las gestiones del poeta alicantino Alfredo Gómez Gil, dicho permiso por fin le es concedido en 1970, llegando ocho días después de su muerte.Durante su permanencia en Alcoy colabora como crítico literario en El Correo de Alicante[9] y en El Noticiero Regional.Literatura Soviética, revista de aparición mensual en la que José Santacreu se desempeña el último período de su vida, fue fundada en 1946 por la Unión de Escritores Soviéticos, llegando a constituirse ediciones en inglés, español, alemán, francés, polaco, checo y eslovaco[17] y, posteriormente, en japonés, chino y árabe.En los años 1960, publica varios ensayos destinados al lector rusohablante en los que analiza la obra de destacados poetas en lengua castellana, así como da a conocer las creaciones de jóvenes poetas españoles.[24] En la actualidad, en España existen varios grupos dedicados al estudio del exilio español y su contribución a la divulgación de la lengua, cultura y literatura en castellano en los países de acogida.