[3] Se mudó con su familia a Sevilla, donde se le encargó su educación a Eugenio Gómez Carrión, organista de la catedral.
[3] «Los progresos que hizo Miró bajo tan hábil dirección fueron tan rápidos que quedó instruido competentemente, tanto en el piano como en el contrapunto», asegura Baltasar Saldoni en su Diccionario biográfico-bibliográfico de efemérides de músicos españoles.
[4] En la capital francesa en invierno, y también en otras ciudades de Francia, Bélgica e Inglaterra durante la temporada estival, celebró numerosos conciertos.
[4] Concedió por aquella época conciertos en la Academia Filarmónica Matritense, en el liceo y en el instituto, que le merecieron la condecoración con la Real Orden de Isabel la Católica.
[4] De allí pasó a La Habana, y ofreció diez conciertos en el espacio de un mes, con un «éxito extraordinario como jamás artista alguno lo había obtenido», según Saldoni.