Ha dado conferencias en toda Europa, en América del Norte y del Sur, y colabora en la crítica literaria de la prensa especializada.
En las primeras décadas del siglo XX, tan brillantes, Mainer aprecia «un cambio enorme en el contexto general del país, en la modernización de sus estructuras sociales y económicas, y también en las expectativas con respecto a la literatura y a la función de la literatura»; en esos momentos, por un lado, «la irrupción de Ortega marca la vida cultural española, con mayor huella que por ningún otro intelectual contemporáneo»; por otro lado, llega la II República, «que era consustancial al impulso pedagógico español (con los ejemplos en la universidad, la educación, etc.)», pero que añade «una razón de carácter personal, de contacto con políticos republicanos que tenían una dimensión intelectual o que eran escritores y, en definitiva, por una especie de entusiasmo colectivo que hay en ese momento en todo el país hacia esa especie de régimen deseado durante mucho tiempo».
[3] José-Carlos Mainer, por otra parte, ha realizado ediciones críticas de clásicos de la literatura española, como Juan Valera o del primer tercio del siglo XX, como Valle-Inclán, Antonio Machado, Pío Baroja, así como de autores más recientes: Ramón Gómez de la Serna, Francisco Ayala, Luis Martín Santos o Carmen Martín Gaite.
Pretende ser una interpretación coherente cuyos centros son la naturaleza de la imaginación barojiana y su concepción del oficio; para ello, ha tomado en cuenta el escenario vital —los hogares familiares—, su permanente diálogo con la realidad española y europea —ideas, viajes, lecturas—, a la vez que la opinión de sus contemporáneos y, sobre todo, la constitución de un público de «barojianos».
[5] Otras importantes obras suyas son La doma de la Quimera (1987);[6] La escritura desatada.