En 1521 llegó a un acuerdo con Petar Keglević y se retiró de Hungría y Croacia; este acuerdo, aceptado por Luis II en 1526, no fue aceptado por el emperador Fernando I hasta 1559.
Los primeros escritos reformatorios empezaron el trabajo de ganárselo para la causa evangélica.
Después de la ascensión del rey Luis II, Jorge fue ayudado en sus esfuerzos reformadores por la reina María, una hermana de Carlos V y Fernando I, quien era favorablemente inclinada hacia la nueva doctrina.
Su relación con el Duque Federico II de Liegnitz, Brieg, y Wohlau, y con el Duque Carlos I de Münsterberg-Oels, quienes ambos admitieron la Reforma en sus territorios, contribuyeron no en poca medida a la expansión del evangelio en su propio territorio.
Hizo esfuerzos para asegurarse predicadores del nuevo evangelio de Hungría, Silesia, y Franconia, e intentó introducir el orden eclesiástico de Brandeburgo-Núremberg, que ya había encontrado aceptación en los territorios francones.
Después de su introducción en Núremberg y sus territorios en Franconia, también fue introducida en sus dominios en la Alta Silesia.
El rey Fernando le hizo a Jorge las ofertas más seductoras de las posesiones silesias si apoyaba al emperador, pero las rechazó con vehemencia.
Junto al elector de Sajonia, se destacó entre los príncipes quienes defendieron la fe reformada.