Jongo

Bailando y cantado, originalmente con el acompañamiento del urucungo (arco musical bantú, que originó el actual birimbau), viola y pandero, además de tres tambores consagrados, utilizados hasta nuestros días, el mayor llamado tambú o cachamú; el candongueiro; y el menor, un tambor de fricción llamado ngoma-puíta (una especie de cuica grande).

Hay comunidades en las cuales antiguamente no podían participar las mujeres y los niños del jongo, como la "Favela da Rocinha".

Otras comunidades relatan que a la participación siempre estuvo abierta para mujeres y hombres.

Investigaciones históricas indican que el jongo posee en su origen estachi maculejon, relaciones con el hábito recurrente de las culturas bantú durante el período colonial, consistente en crear diversas comunidades organizadas internamente, entre las cuales pueden citarse inclusoo hermandades católicas, como la Congada.

Entre os precursores de la implantación del jongo allí, se destacaron la ex esclava Maria Teresa dos Santos y sus parientes Mano Elói (Eloy Anthero Dias), Sebastião Mulequinho y Tía Eulália (Eulália do Nascimento), todos íntimamente ligados a la fundación de la Escuela de Samba Imperio Serrano, con sede en Morro da Serrinha.

La composición fue sugerida por el profesor Pauxy Gentil-Nunesy y requirió de una investigación por parte del compositor, que asistió a los encuentros e identificó la influencia del jongo en obras anteriores, como Choros nº 10, de Heitor Villa-Lobos.

La abuela María Joana Rezadora habla sobre el jongo en una entrevista para el "Programa Arte de la A a la Z", de la TV Educativa. Imagen de la Fundación Centro Brasileño de TV Educativa.