Su padre, Cándido Zuazagoitia Garro, conocido naturalista y farmacéutico vizcaíno, regentaba en Algorta una farmacia desde 1880, en la avenida Basagoiti.
La disertación, titulada “Algunos escritores vascos desde 1874”, tuvo eco en la prensa de la época y fue publicada en pequeño folleto.
Zuazagoitia se dedicó al periodismo, que en algunos momentos de su vida fue su principal ocupación.
Sus artículos trataban los temas más dispares, aunque predominaban los relacionados con cuestiones culturales.
Zuazagoitia había sido colaborador del diario monárquico El Pueblo Vasco.
Primero, como redactor y editorialista del diario, convirtiéndose así en destacado propagandista.
Mantuvo en su rebotica una tertulia de significación republicana a la que solía acudir Indalecio Prieto.
Sin embargo, su pensamiento no se identificó nunca con el materialismo histórico.
[11] Desde joven se había mostrado muy crítico con el nacionalismo vasco en sus diferentes manifestaciones.
Llegó a conspirar intelectualmente contra la República pocas semanas antes del estallido de la Guerra Civil.
Durante la guerra y hasta la caída de Bilbao en manos de las tropas franquistas, Zuazagoitia se mantuvo en un discreto segundo plano, se trasladó a Algorta y no padeció detención alguna.
Se afilió entonces al partido único Falange Española Tradicionalista y de las JONS, del que en 1939 ya era “inspector nacional”.
Como conferenciante o desde los medios de comunicación trabajó como propagandista del régimen franquista.
[14] Aunque la Alcaldía concentró su principal actividad entre 1942 y 1959, compatibilizó el cargo con otras labores como la dirección del diario El Correo Español-El Pueblo Vasco hasta 1950, las conferencias que pronunciaba o los artículos que ocasionalmente escribía.
En sus últimos años Zuazagoitia continuó dedicándose a actividades culturales, escribiendo ocasionalmente artículos en la prensa, sobre todo en el diario Hierro, y dando conferencias, especialmente sobre temas artísticos.